La forma en la que la inteligencia artificial revoluciona las pruebas y mecánicas de los videojuegos

Nuestra experta en datos de Lionbridge presenta una innovadora investigación sobre la IA en los videojuegos en una conferencia de primer nivel


Reina a e4. ¡Jaque mate! He perdido otra vez... ¡contra el juego! La inteligencia artificial (IA) ha conseguido que los simples mortales muerdan el polvo en los juegos de ordenador. Por frustrante que resulte, nuestra mente no puede procesar los millones de posibilidades que un ordenador es capaz de manejar en nanosegundos. 

Sin embargo, para nosotros, los cerebritos de los videojuegos, la IA también ofrece una importante oportunidad. ¿Podemos utilizarla para descomponer los juegos de ordenador y mejorarlos? Y... ¿podemos entrenar a la IA para que juegue de forma todavía más parecida a los humanos y así obtener mejores resultados?

Estas son las preguntas que Emmanuelle Rodrigues Nunes se plantea cada día en Lionbridge. Nunes, nacida en Brasil y afincada en el Reino Unido, es una científica de datos sénior de Lionbridge que trabaja con Microsoft. Utiliza estrategias de IA complejas para que los videojuegos sean más estables, más fiables y más divertidos de jugar; y todo ello a escala.

Este otoño, presentó dos análisis sobre el revolucionario impacto de la IA en los videojuegos durante la Conferencia Internacional de la Royal Statistical Society (RSS) en Mánchester, Inglaterra. Nunes es miembro y colaboradora de la RSS.

¿Qué desarrollos en la IA promueven una experiencia de juego mejor? 

Algoritmos de estrategias evolutivas

En su primer análisis, Nunes exploró los algoritmos de estrategias evolutivas (EE) como alternativa a las técnicas predominantes de aprendizaje por refuerzo. ¿Cuál es la diferencia? En pocas palabras, los algoritmos EE se inspiran en las mismas mutaciones evolutivas que se observan en la naturaleza. Al igual que en la teoría de la evolución de Darwin, estos algoritmos eligen la opción más apta, que se convierte en el punto de partida de la siguiente generación. Los algoritmos EE son capaces de adaptarse de forma autónoma. Mejoran continuamente, y la escalabilidad y simplicidad son sus principales diferenciadores. 

¿Por qué es importante esta mejora para los desarrolladores de juegos o para los jugadores en general? Es una pregunta fantástica. El proceso de QA —o control de calidad— de los videojuegos tiene como objetivo romper el juego una y otra vez para luego preguntarse: «¿Cómo lo arreglamos?». Sin embargo, en una experiencia de juego normal, ese no es un comportamiento estándar. Los algoritmos que pueden emular el comportamiento humano habitual en los videojuegos nos proporcionan barómetros asombrosamente predecibles para determinar la probabilidad de que una aplicación se encuentre con un error grave y se cuelgue o cierre inesperadamente, así como su estabilidad, en el marco de uso típico. 

El uso de algoritmos EE proporciona una medida más precisa y representativa del estado del producto y de cómo los problemas pueden afectar a los usuarios. Además, a diferencia de sus homólogos humanos, los algoritmos pueden jugar a todas horas. La tecnología no precisa de pausas ni tiene ninguna otra necesidad. Así, mientras dormimos, comemos y trabajamos, el juego no se detiene en ningún momento.

Medición de la estabilidad del juego mediante el análisis de supervivencia

Aunque no abarque los algoritmos EE, el segundo proyecto de Nunes también está relacionado con las métricas del estado de un juego. Se trata de una nueva forma de entender la estabilidad de la aplicación; un punto primordial en la experiencia general del usuario final. Los fallos de estabilidad también pueden impedir que se alcancen los objetivos de la aplicación de un videojuego y menoscabar la confianza en su fiabilidad. Aunque el objetivo es siempre una estabilidad del 100 %, rara vez se puede conseguir. Por ello, es importante medir este factor de calidad clave en relación con las tolerancias aceptables. Aprovechar los conceptos del análisis de supervivencia nos permite comprender mejor el estado de nuestros productos a lo largo de su ciclo de vida. También nos dan una idea de la estabilidad. 

Toda esta complejidad resuelve algunos problemas de lo más básicos. Puesto que permite a los desarrolladores saber cuándo un juego está listo para su lanzamiento, este tipo de automatizaciones proporcionan rápidamente a los desarrolladores una confianza y seguridad de la que antes no disponían. Y funcionan a escala.

¿Cómo podemos colaborar con las automatizaciones para mejorar las pruebas de videojuegos? 

Hace apenas unos años, la mayor parte del control de calidad se basaba únicamente en los datos de los probadores. Aunque los desarrollos tecnológicos de vanguardia cambian las reglas del juego en sí mismos, Nunes afirma que las personas seguirán teniendo un papel importante. Nunes defiende que la automatización y los testers humanos se utilicen de forma complementaria.

Por muy «humanos» que sean los algoritmos, no pueden emular los errores mundanos que comete una persona. Y, lo que es más importante, no pueden comentar los elementos del juego que resulten molestos, una distracción o frustrantes. Tampoco pueden deleitarse con la magia que aporta un juego maravillosamente desarrollado. Esos atributos siguen formando parte de la condición humana y son una parte inestimable del proceso. 

Ahora que se avecina la automatización en el proceso de control de calidad, cabe esperar un tiempo de comercialización más rápido, más eficiencia y una experiencia general mejor para el usuario final. Esta forma de utilizar la automatización, nueva y en constante cambio, evoluciona rápidamente. Nunes espera seguir afrontando estos retos y que el uso de estos avances tecnológicos se convierta en una norma. De esta manera, podremos mejorar la experiencia de juego en toda la industria. 


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AUTORAS
Davida Wexler con Janette Mandell